La XXXI Convención Binacional sobre el Lobo Mexicano, llevada a cabo en la Ciudad de México del 31 de julio al 2 de agosto de 2025, reunió a destacados expertos de México y Estados Unidos para abordar la situación actual, desafíos y perspectivas en la conservación del lobo mexicano.
Durante la convención, uno de los principales hallazgos destacados fue el avance en la recuperación poblacional del lobo mexicano, tanto en territorio mexicano como estadounidense. Los ponentes enfatizaron que, gracias a los programas de reproducción en cautiverio y las liberaciones controladas en sus hábitats naturales, la cifra de ejemplares ha ido en aumento. Sin embargo, advirtieron que esta recuperación sigue siendo frágil y depende sustancialmente del apoyo interinstitucional y comunitario, así como del respeto a las zonas protegidas donde estos lobos habitan. La colaboración transfronteriza ha sido fundamental para monitorear a las manadas, aplicar protocolos de manejo y mantener bancos genéticos que conservan la diversidad genética de la especie.
A pesar de su impacto benéfico neto en ecosistemas vírgenes, el lobo mexicano mantiene un conflicto permanente con la actividad ganadera
Otro descubrimiento clave se relaciona con el impacto ambiental y social del lobo mexicano. Se presentaron estudios recientes que muestran cómo, al ser un depredador tope, el lobo contribuye al equilibrio ecológico regulando poblaciones de herbívoros, lo cual beneficia a la biodiversidad de los ecosistemas forestales y semiáridos donde habita. Sin embargo, también se subrayó el conflicto persistente con actividades ganaderas, que generan episodios de depredación y rechazo por parte de productores rurales. Las ponencias destacaron experiencias exitosas en México y Estados Unidos que integran compensaciones económicas, capacitación y programas de convivencia para resolver estos conflictos, reafirmando que la conservación depende de involucrar a las comunidades locales.
Adicionalmente, se hizo énfasis en la necesidad de fortalecer la legislación y políticas públicas en ambos países. Aunque existen marcos legales para la protección del lobo mexicano, los ponentes señalaron que es urgente mejorar su aplicación efectiva y contar con mayores recursos para vigilancia y educación ambiental. Reconocieron también que la conciencia pública sobre el valor ecológico y cultural del lobo ha crecido, lo que genera un ambiente más favorable para su protección.
Finalmente, la XXXI Convención sirvió para establecer nuevas líneas de investigación y cooperación. Se propuso ampliar el uso de tecnologías como GPS, terapia genética y análisis ecológicos para continuar comprendiendo mejor las dinámicas poblacionales, los desplazamientos y la adaptación del lobo mexicano a cambios ambientales. Los expertos coincidieron en que la estrecha colaboración entre México y Estados Unidos es fundamental para lograr una conservación efectiva y permanente, dado que la especie no reconoce fronteras.
Entre los participantes clave se encuentran: la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), WWF México, zoológicos de Chapultepec, Aragón y Los Coyotes, y el futbolista Raúl Jiménez con su equipo, Wolverhampton FCL.
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