La inteligencia artificial no se alimenta sola: se alimenta del trabajo humano.
Con esa consigna, decenas de actrices, actores de doblaje y locutores se manifestaron en la Ciudad de México para denunciar el uso desregulado de inteligencia artificial (IA) en la industria del entretenimiento, al que señalan como una amenaza directa a sus empleos, su propiedad intelectual y sus derechos laborales.
Reunidos frente a la Secretaría del Trabajo, integrantes de la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) y del Sindicato de Actores de Doblaje (SAD) exigieron una legislación que frene el avance de tecnologías que están siendo utilizadas por grandes empresas para reemplazar voces humanas mediante herramientas entrenadas con grabaciones previas, muchas de ellas sin consentimiento.
“La IA no se alimenta sola, se alimenta de nosotros”, advirtió la actriz Rebeca Patiño durante el acto. “Tomaron nuestras voces, nuestras emociones, nuestros matices, y ahora quieren sustituirnos con máquinas sin alma, sin historia, sin arte”.
Despojo digital y precarización
Los intérpretes denunciaron que lo que las plataformas llaman “innovación” es en realidad un proceso de despojo digital. “Nos están robando lo que hemos construido con años de trabajo”, denunció Ricardo Tejedo, actor de doblaje con más de 30 años de trayectoria. “Nos enfrentamos a una nueva forma de explotación en la que se usa nuestro trabajo para entrenar sistemas que luego nos dejan sin empleo”.
Las organizaciones sindicales alertaron que el uso de voces generadas por IA se está volviendo una práctica común en producciones cinematográficas, series, audiolibros y plataformas digitales sin que existan leyes que garanticen el pago por uso de voz, la protección de los derechos de autor ni el consentimiento informado.
Legislación urgente ante avance tecnológico
Laura Torres, directora de la ANDI, exigió al gobierno federal, al Congreso y a la Secretaría del Trabajo que se legisle de forma urgente. “La tecnología no puede estar por encima de los derechos laborales, ni convertirse en herramienta de despojo para maximizar ganancias corporativas a costa del trabajo artístico mexicano”.
Los manifestantes también advirtieron que la desregulación beneficia principalmente a plataformas internacionales que imponen condiciones laborales cada vez más precarias a los trabajadores de la industria nacional.
“Queremos leyes que protejan a las y los intérpretes, pero también a las nuevas generaciones que no podrán vivir de esto si no detenemos el avance de estas prácticas depredadoras”, concluyeron.