Buenos Aires.— A los 97 años falleció Vera Jarach, una de las referentes históricas de las Madres de Plaza de Mayo, organización emblemática que desde hace casi cinco décadas busca a los hijos desaparecidos durante la dictadura argentina (1976-1983).
Nacida en Italia y nacionalizada argentina, Jarach se unió al movimiento en 1977, tras el secuestro y desaparición de su única hija, Franca, de 18 años. Testimonios de sobrevivientes señalaron que la joven militante estudiantil pasó por la ESMA, uno de los centros clandestinos de detención y tortura más temibles del régimen, y que habría sido víctima de los llamados “vuelos de la muerte”, en los que prisioneros eran arrojados al Río de la Plata.
La vida de Jarach estuvo marcada por la memoria y la resistencia. Llegó a Argentina siendo niña, huyendo del fascismo en Italia, y era nieta de una víctima del Holocausto, asesinada en Auschwitz. Esa doble herida histórica —el nazismo y la dictadura militar— la convirtió en una voz firme contra la impunidad y en favor de los derechos humanos.
“Vera querida, compañera inteligente, culta, alegre tantas veces y en silencio algunas otras…”, la despidió en un comunicado Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo. La Legislatura de Buenos Aires será sede de su homenaje y despedida.
Con su partida, Argentina pierde a una luchadora incansable, pero su legado permanece en la memoria colectiva de América Latina.