El paradero de Santiago Meza López, alias «El Pozolero», es un misterio. Tras cumplirse su condena por delincuencia organizada, ninguna autoridad ha informado en qué centro penitenciario se encuentra, ni si ha sido liberado.
El caso de Meza López, conocido por disolver al menos 300 cuerpos con sosa cáustica bajo las órdenes del narcotraficante Teodoro García Simental, «El Teo», pone en evidencia las grietas del sistema penitenciario y judicial en México.
Un Tribunal de Apelación con sede en Tepic, Nayarit, amplió su condena de 10 a 15 años, tras considerar que su nivel de culpabilidad era “medio” y no “mínimo”, como había señalado previamente el juez. No obstante, esa pena ya fue compurgada, por lo que se ordenó su libertad inmediata. Según fuentes de ZETA, medios penitenciarios informaron que el Cefereso 18, en Coahuila, recibió la orden, pero nadie puede confirmar dónde está actualmente el exmiembro del Cártel Arellano Félix.
Santiago Meza confesó haber trabajado durante casi una década para «El Teo», cobrando 600 dólares semanales por desaparecer cuerpos. En su testimonio, relató que usaba aceite y ajo para disimular el hedor de los cadáveres en proceso de disolución. Aunque no fue condenado por homicidio, su rol en el engranaje del crimen organizado lo llevó a prisión por delincuencia organizada.
Fue detenido en enero de 2009 en Ensenada, durante un operativo militar. En el lugar se aseguraron armas de uso exclusivo del Ejército y vehículos con personas armadas. En la audiencia posterior, Meza relató cómo convertía en «pozole» los cuerpos usando tambos con químicos, y mencionó su participación en al menos 300 desapariciones.
Aún enfrenta otro proceso penal por secuestro, vinculado a un caso de 2005 en Tijuana. Junto a «El Teo», fue señalado como parte de un comando armado que mantuvo en cautiverio a un comerciante durante 65 días. No se ha informado si este proceso sigue activo ni si Meza continúa retenido por dicha causa.
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Fotografía: Redes
