23 DE JULIO DE 2025. Personas que tenían familiares desaparecidos recibieron en días recientes el cadáver de su familiar y, con ello, una triste certidumbre, pero certidumbre al fin y al cabo, que tras cerrar expectativas, les permitirá iniciar la cicatrización en la herida abierta por su entrañable afecto, arrancado a su proximidad.
Cerca de 300 cuerpos humanos sin vida, algunos de ellos almacenados desde hace 10 años en los cajones refrigeradores del Servicio Mexicano Forense (Semefo) de Zacatecas, volvieron a adherirse a una identidad gracias a un cambio en el protocolo e instrumentos para la identificación. En el empate entre cada cuerpo sin vida y la identidad correspondiente intervienen técnicas forenses de vanguardia. Tras conseguirse este avance, se investiga el paradero de la familia del occiso y los fiscales se presentan ante la puerta de su casa, incluso aunque no exista denuncia previa por desaparición o abandono, puesto que al final de cuentas, lo que sí existe es el cuerpo del familiar y es probable que sean los fiscales que acompañan la presentación del cuerpo quienes tengan preguntas para formular.
La implementación de este programa en las instalaciones de la Semefo Zacatecas permitió despresurizar los cajones de resguardo y abatir en gran medida el rezago que arrastraba desde hace una década.
Este notable avance en Zacatecas subraya la imperiosa necesidad de modernizar las técnicas de identificación forense en todo el país. Es crucial que la capacidad de las instituciones forenses para identificar cadáveres sea al menos tan eficiente y veloz como la trágica tasa de producción de cuerpos sin identificar que, lamentablemente, caracteriza a la República Mexicana. Solo mediante una inversión continua en tecnología y protocolos de vanguardia podremos dignificar la memoria de quienes han perdido la vida y ofrecer respuestas y cierre a las miles de familias que aún esperan en la incertidumbre.
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