El gobierno de Estados Unidos deportó a Edgar Damián Sandoval Albarrán, alias “La Rana” o “El Wereke”, identificado como uno de los presuntos sicarios del grupo criminal Guerreros Unidos y testigo clave en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014.
Sandoval Albarrán fue entregado a elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) en el cruce fronterizo de Nogales, Sonora, tras ser detenido el pasado 9 de junio en territorio estadounidense por ingreso ilegal. Posteriormente, un juez de migración ordenó su deportación controlada, en respuesta a una solicitud de detención con fines de extradición presentada por el gobierno mexicano.
Fuentes federales detallaron que “La Rana” ya fue puesto a disposición del juez federal con sede en Toluca, Estado de México, quien había girado una orden de aprehensión en su contra desde julio de 2024, por los delitos de delincuencia organizada y desaparición forzada de personas.
Según las investigaciones oficiales, Sandoval Albarrán se desempeñaba como halcón y sicario de Guerreros Unidos y habría recibido órdenes directas de Felipe Rodríguez Salgado, “El Cepillo”, entonces jefe de sicarios del cártel, para ejecutar a los estudiantes tras su privación ilegal de la libertad.
De acuerdo con la versión recopilada por la extinta Procuraduría General de la República (PGR), “El Wereke” habría participado en la entrega de los estudiantes en las inmediaciones del basurero de Cocula, así como en la supuesta incineración y disposición de sus restos, los cuales habrían sido lanzados posteriormente al Río San Juan.
Durante años, la PGR ofreció una recompensa de 1.5 millones de pesos por información que llevara a su captura. Ahora, su testimonio se considera crucial para esclarecer uno de los casos más graves de desaparición forzada en la historia reciente del país, cuya versión oficial ha sido fuertemente cuestionada por organizaciones nacionales e internacionales.
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