La violencia del crimen organizado ha expulsado a decenas de familias indígenas de al menos ocho comunidades ubicadas en los municipios serranos de Moris y Uruachi, en Chihuahua. Los enfrentamientos entre los grupos criminales ‘Los Salazar’ —afiliados al Cártel de Sinaloa— y ‘La Línea’, brazo armado del Cártel de Juárez, se han intensificado en esta región limítrofe con Sonora.
Pobladores rarámuri han denunciado el uso de drones con explosivos, tortura, asesinatos y desapariciones. En un comunicado urgente, las comunidades de Arechuivo, Chiltepín, San Juan, Palmarito, Barranca, La Finca, El Bosque, Mesa de Cereachi y San José de la Trompa, exigieron auxilio ante la violencia sistemática ejercida por sicarios que «atormentan a los habitantes» y provocan el abandono forzado de hogares, cosechas y animales.
“A las personas inocentes de Palmarito se les arrebató la vida de manera violenta, a base de torturas y castigos inhumanos, entre ellos personas de avanzada edad, mujeres y niños”, denunciaron en el mensaje.
El abandono institucional agrava la crisis. Las y los habitantes denunciaron que el 17 de junio, madres de familia pidieron ayuda a fuerzas de seguridad que patrullaban la zona, pero la respuesta fue la burla y la indiferencia. Policías y militares se limitaron a decirles que se resguardaran en sus casas, ignorando los estallidos de armas y explosivos que, desde el 15 de junio, no han cesado en San José de la Trompa.
“Llega gente armada matando, torturando y mutilando personas inocentes que sólo se dedican a la cosecha, minería, pesca y ganadería”, relataron con desesperación.
La militarización no ha frenado los ataques. A pesar de los patrullajes, el pasado sábado la Base de Operaciones Interinstitucional (BOI) encontró siete narcocampamentos en la zona de Moris, donde se decomisaron explosivos, combustibles y materiales químicos. También se hallaron 65 artefactos explosivos hechizos adaptados para drones.
El secretario de Seguridad Pública estatal, Gilberto Loya Chávez, anunció que se instalarán cuarteles permanentes en Moris y Uruachi, prometiendo que “así como lo hicimos en Cerocahui, lo haremos también en esta zona para recuperar la paz”. Sin embargo, reconoció que desde hace al menos tres semanas ya se habían recibido reportes ciudadanos sobre la presencia de grupos armados.
Los grupos criminales no sólo siembran terror, también fuego. El fiscal de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, informó que Los Salazar provocaron incendios forestales en respuesta al desmantelamiento de narcolaboratorios en la zona.
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Fotografía: Raúl F. Pérez