Organizaciones criminales que operan en Chihuahua continúan utilizando engaños laborales para reclutar a menores de edad, quienes son obligados a realizar tareas para grupos armados rivales en medio de la disputa por rutas de narcotráfico y tráfico de migrantes.
Ángel Fernando Loera Díaz, de 15 años, y Josué Guerrero Espino, de 17, están desaparecidos desde abril, tras haber sido captados por grupos delictivos en Guachochi, una comunidad indígena en la Sierra Tarahumara, bajo la promesa de trabajos temporales. Ambos jóvenes fueron vistos por última vez en la región desértica entre Aldama y Ojinaga, una de las más violentas del estado.
De acuerdo con la madre de Ángel, Daniela Díaz, su hijo salió de casa el 9 de abril tras recibir una supuesta oferta para trabajar en la cosecha de sandías. Desde entonces, no ha regresado y fue identificado en un video que circuló el 22 de julio, en el que se presume está en manos del crimen organizado.
En el caso de Josué, su desaparición fue reportada el 30 de abril. Días después, un video difundido en redes sociales mostró al joven con el cabello rapado, vendado de los ojos y con las manos atadas, revelando que fue reclutado por el grupo criminal Los Mayos para tareas de vigilancia, conocidas como “halconeo”. Dos días después, fue privado de la libertad por una organización rival.
Las familias han iniciado búsquedas por su cuenta. Magaly Espino, madre de Josué, ha realizado rastreos en la zona de Aldama y exige mayor compromiso de la Fiscalía estatal para dar con el paradero de su hijo y frenar el reclutamiento forzado de jóvenes.
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Fotografía: Redes
