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Fallece Roberto Servitje Sendra, expresidente de Grupo Bimbo

Dirigió la corporación durante el periodo en que consolidó su posición como una de las empresas más relevantes en el panorama económico nacional

Hoy, 17 de julio de 2025, falleció el empresario Roberto Servitje Sendra. El empresario fungió como Director General (1979), Presidente Ejecutivo (1990),  y Presidente del Consejo de Administración (1994) de Grupo Bimbo, empresa que cofundó con su hermano mayor Lorenzo Servitje Sendra y en la que trabajó desde los 17 años de edad. Deja como herederos a Luis Jorba Servitje, Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, Jordi Mariscal Servitje,  Raúl Ignacio Obregón Servitje y María del Pila Mariscal Servitje.

Entre 1980 y 2013, Grupo Bimbo consolidó su posición como una de las empresas más influyentes y relevantes en el panorama económico de México, y su contribución a la generación de empleo fue un pilar fundamental de su impacto. Esta etapa estuvo marcada por su transformación en una empresa pública, su expansión sostenida y la consolidación de su liderazgo en la industria panificadora, tanto a nivel nacional como, progresivamente, internacional.

Desde su salida a la Bolsa Mexicana de Valores en 1980, Grupo Bimbo inició una fase de crecimiento acelerado. La empresa se embarcó en una estrategia de producción masiva y diversificación de productos, lo que intrínsecamente implicaba la necesidad de una fuerza laboral creciente. En la década de los 80, mientras México enfrentaba periodos de inestabilidad económica, Bimbo mantenía un enfoque en «seguir produciendo más, para que la gente no se quedara sin trabajo», lo que subraya su compromiso con la estabilidad laboral en tiempos difíciles.

La expansión de Grupo Bimbo no solo se manifestó en sus plantas productivas, que llegaron a ser las más grandes de América Latina, sino también en su extensa y sofisticada red de distribución directa. Esta red, considerada una de las más amplias del mundo, requería de decenas de miles de rutas de entrega y, por ende, de una vasta plantilla de personal de logística, ventas y soporte.

Para 2013, Grupo Bimbo empleaba a más de 125 mil personas a nivel global. Aunque la cifra específica de empleados en México en cada año del periodo no es fácilmente desagregable de los reportes globales, la operación mexicana de Bimbo, que incluía marcas como Bimbo, Barcel (snacks) y El Globo (panaderías finas), representaba aproximadamente el 40% de las ventas totales del grupo en 2013. Esto sugiere que una proporción muy significativa de esos 125 mil empleados globales se encontraba en México.

La relevancia de Bimbo en la generación de empleo en México durante este periodo no se limitaba únicamente a los trabajos directos en sus fábricas y centros de distribución. Su vasta cadena de valor generaba empleos indirectos en una miríada de sectores: desde la agricultura (proveedores de trigo, azúcar, etc.) y la industria química (envases, conservantes) hasta los servicios de transporte, publicidad y mantenimiento. La solidez de una empresa de la magnitud de Bimbo contribuía a estabilizar cadenas de suministro y a fomentar el crecimiento en industrias complementarias.

Además, el compromiso de Bimbo con la calidad (como el «Plan Cero Defectos» iniciado en 1985) y la constante innovación en sus productos y procesos, requerían de inversiones continuas en capacitación y desarrollo de personal, elevando así el capital humano en el país. En un periodo de importantes transformaciones económicas y apertura comercial en México, Grupo Bimbo se mantuvo como un empleador clave, ofreciendo oportunidades de desarrollo profesional y contribuyendo a la formalización del empleo.

El lado oscuro de Bimbo

Grupo Bimbo, a pesar de su innegable relevancia económica y laboral en México, ha enfrentado crecientes críticas relacionadas con el impacto de sus productos en la salud pública de los mexicanos. Estas objeciones se han intensificado particularmente a medida que el país confronta una grave epidemia de obesidad y enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes tipo 2 e hipertensión.

Las principales críticas se centran en el perfil nutricional de muchos de sus productos, especialmente los elaborados con harinas refinadas, altos niveles de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio. Productos como el pan blanco, la bollería industrial (donas, pastelitos) y los snacks procesados son señalados por contribuir significativamente a una dieta desequilibrada. Organizaciones de la sociedad civil, nutricionistas y expertos en salud pública argumentan que el consumo frecuente de estos alimentos, altamente procesados y con baja densidad nutricional, es un factor clave en el aumento de peso y el desarrollo de padecimientos asociados.

La vasta presencia de Bimbo en el mercado y su agresiva estrategia de marketing, dirigida en ocasiones a niños, han sido objeto de escrutinio. Se argumenta que la accesibilidad y publicidad masiva de estos productos promueven hábitos alimenticios poco saludables, especialmente en poblaciones vulnerables. Aunque la empresa ha realizado esfuerzos por reformular algunos productos y lanzar opciones más saludables, las críticas persisten, instando a una mayor responsabilidad corporativa en la promoción de una alimentación nutritiva y a una reducción más drástica de los ingredientes perjudiciales en su portafolio principal, alineándose con las recomendaciones de salud pública para combatir la crisis de salud que afecta a México.

FOTOGRAFÍA: X

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