Tras casi 20 años preso sin sentencia, Israel Vallarta lanza un mensaje directo a Carlos Loret de Mola, a quien señala por su papel en el montaje televisivo que selló su captura en 2005. A través de un video difundido en redes, Vallarta expresó: “Ojalá me quieras invitar a tu programa, porque yo con gusto acepto”.
El llamado revive una de las heridas mediáticas y judiciales más graves del México reciente, marcada por violaciones al debido proceso, tortura y manipulación informativa por parte del Estado en complicidad con medios de comunicación.
«Me debes una plática y una explicación»: Vallarta
Vallarta lo acusó de haber estado al tanto del montaje orquestado por la entonces Secretaría de Seguridad Pública, encabezada por Genaro García Luna. Acusó a Loret de haberse burlado del proceso judicial y de guardar silencio ante las irregularidades.
En el video, Vallarta sostuvo un tono conciliador, aunque directo: “No te odio, pero me debes una explicación. Tú sabes bien por qué saliste de Televisa, y tú y yo lo sabemos”. También propuso dialogar en el programa del periodista, en otro medio o incluso en “un terreno neutral”.
Una detención mediática, un proceso lleno de irregularidades
Israel Vallarta fue detenido junto a Florence Cassez el 9 de diciembre de 2005, en un operativo televisado por Televisa como un «golpe al crimen organizado». Sin embargo, pronto se supo que todo fue una simulación: la aprehensión ya había ocurrido un día antes, y fue recreada frente a cámaras para transmitirla en vivo en el noticiero de Loret de Mola.
El escándalo creció cuando la Suprema Corte de Justicia ordenó en 2013 la liberación de Cassez, al confirmar que sus derechos fueron vulnerados. Pero Vallarta continuó preso. Su caso se volvió un símbolo de los abusos del sistema penal mexicano: acusaciones de tortura, pruebas insuficientes y casi dos décadas sin sentencia.
El fallo judicial y una herida abierta en el periodismo mexicano
El pasado 31 de julio, un juez federal ordenó la liberación de Vallarta por falta de pruebas para sostener los cargos en su contra, aunque el caso sigue abierto. Organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado por años su detención arbitraria y la prolongada prisión preventiva como parte de un patrón de violaciones a derechos humanos.
El señalamiento a Loret de Mola reabre el debate sobre la responsabilidad ética de los medios y los periodistas que colaboraron con el aparato de seguridad en montajes y criminalización sin pruebas. Vallarta, lejos de buscar venganza, insiste en una conversación pendiente: “Te deseo bendiciones. Pero creo que es justo que platiquemos”.
Fotografía: Redes