Cada 25 de noviembre, México se une al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha es más que una conmemoración: es un momento para reflexionar sobre una realidad dolorosa que el país arrastra desde hace décadas y que, pese a los avances legales e institucionales, continúa presente en la vida cotidiana de millones de mujeres.
Este 2025, las marchas del 25N volverán a llenar las calles de múltiples estados del país con un mensaje claro: la violencia contra las mujeres es un problema estructural que exige cambios culturales profundos, más allá de las reformas legales que México ha impulsado en los últimos años.
Un marco legal avanzado que enfrenta una realidad compleja
México cuenta con un conjunto de leyes que, en papel, lo colocan entre los países con mayor desarrollo normativo en la región. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007), la Ley de Igualdad (2006), la Ley contra la Trata (2012) y las reformas que integran la Ley Olimpia representan esfuerzos importantes para ofrecer protección, sanción y mecanismos de denuncia.
Sin embargo, como señalan especialistas, el desafío no es únicamente legislar, sino transformar prácticas sociales que han persistido por generaciones. Muchas formas de violencia evolucionan más rápido que los mecanismos institucionales para atenderlas, especialmente en el entorno digital, donde las agresiones se replican, se difunden y escalan con enorme velocidad.
INEGI y SIESVIM: datos que ayudan a entender el reto
El Sistema Integrado de Estadísticas sobre Violencia contra las Mujeres (SIESVIM), creado por el INEGI, ha sido fundamental para comprender el fenómeno. Las cifras más recientes permiten dimensionar su alcance:
• En 2024, 10.6 millones de mujeres reportaron haber sufrido ciberacoso.
• El 29% recibió insinuaciones sexuales en línea.
• 27.5% recibió contenido sexual no solicitado.
• Más del 61% desconoce a sus agresores, reflejo de la vulnerabilidad digital.
• Las emociones predominantes entre las víctimas son el enojo, la desconfianza y el miedo.
Estas cifras son contundentes. No sólo muestran la frecuencia de la violencia, sino la forma en que ha migrado hacia espacios virtuales donde la impunidad es mayor y la agresión se amplifica con mayor facilidad. En un país donde más del 70% de las mujeres mayores de 15 años ha vivido violencia en algún ámbito de su vida, el 25N se convierte en un recordatorio de que los cambios deben llegar a todos los niveles: hogar, escuela, trabajo, calles y redes sociales.
El caso Sheinbaum: un recordatorio de que la violencia afecta a todas
El reciente acoso sufrido por la presidenta Claudia Sheinbaum mientras caminaba por el Centro Histórico se convirtió en un espejo de lo que muchas mujeres viven todos los días. El hecho no solo generó indignación; también abrió una conversación nacional sobre la importancia del respeto, los límites personales y la necesidad de reforzar sanciones frente a conductas que por años fueron normalizadas.
La presidenta presentó una querella y anunció que impulsará la homologación del delito de acoso sexual en todo el país, así como una campaña nacional para prevenir estas prácticas. Su caso mostró que, independientemente del cargo, ninguna mujer debería enfrentarse a agresiones de este tipo.
Un 25N para reflexionar y seguir avanzando
La marcha del 25N no busca señalar culpables inmediatos, sino recordar que la violencia contra las mujeres es un problema que México ha arrastrado por generaciones y que trasciende gobiernos, administraciones y momentos políticos. Un problema social profundo que requiere educación, cultura de paz, prevención y acompañamiento.
El país cuenta hoy con leyes más sólidas, instituciones más preparadas y una mayor conciencia pública. Pero queda un largo camino por recorrer. Mientras la violencia persista, las mujeres seguirán marchando, exigiendo algo tan básico como vivir con seguridad y dignidad.
Y en esa exigencia, el Estado, la sociedad y las propias instituciones tienen un papel que cumplir, cada una desde su ámbito, para que algún día el 25N deje de ser una fecha de denuncia y se convierta en una de conmemoración por lo logrado.
Foto: Redes












