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México proyecta autosuficiencia con Dos Bocas y modernización de refinerías

El gobierno apuesta por precios estables con producción nacional

La Refinería Olmeca, ubicada en Dos Bocas, Tabasco, se perfila como uno de los proyectos energéticos más ambiciosos en la historia moderna de México, según la Agencia Internacional de Energía (IEA). El organismo considera que, una vez que alcance su máxima capacidad, este complejo marcará un parteaguas en la producción nacional de combustibles, en conjunto con los esfuerzos de modernización que realiza Petróleos Mexicanos (Pemex) en otras seis instalaciones clave.

En su más reciente informe anual sobre el mercado petrolero global, la IEA anticipa que la Refinería de Dos Bocas no operará a plena capacidad sino hasta 2026. Actualmente, se encuentra en una fase inicial con una producción de 170 mil barriles diarios, cifra que se duplicará en su etapa final, programada para comenzar a finales de 2025.

El proyecto forma parte de una estrategia más amplia por parte del gobierno mexicano y Pemex para reducir la dependencia de combustibles importados y mejorar la estabilidad de precios internos. Con una inversión planeada cercana a los 8 mil millones de dólares, México apunta a fortalecer su autosuficiencia energética a través de una mayor producción de gasolina, diésel y turbosina.

Además de Dos Bocas, el programa contempla la rehabilitación de las refinerías en Tula, Salina Cruz y Salamanca, lo que complementará el esfuerzo de Pemex por aumentar la eficiencia de su red industrial.

Aunque el avance operativo de la Refinería Olmeca ha sido significativo —en abril produjo 78 mil barriles diarios de combustibles, un crecimiento del 55% respecto al mes anterior—, el panorama no está exento de riesgos. La IEA advierte sobre la presión que ejerce la caída continua en la producción nacional de petróleo, una tendencia que podría comprometer los objetivos del país a mediano plazo.

De acuerdo con sus estimaciones, México podría necesitar importar hasta 500 mil barriles diarios hacia 2030 si no logra revertir la disminución en su producción. Aunque entre 2021 y 2023 hubo una recuperación breve, impulsada principalmente por la explotación del campo Quesqui, esta no fue suficiente para cambiar la tendencia de fondo.

Además, la agencia internacional remarcó que la concentración de la producción en un número reducido de campos (siete de 240) expone a Pemex a mayores riesgos operativos. Esta situación se ha visto agravada por la reducción drástica en el número de plataformas petroleras, que pasaron de 50 en octubre de 2024 a menos de 20 en el primer semestre de 2025.

Por otro lado, los recortes presupuestarios y la deuda con proveedores también han limitado la capacidad de inversión en exploración y producción, lo que afecta directamente la sostenibilidad del sistema energético del país. Solo un proyecto relevante, Trion —liderado por la australiana Woodside—, tiene previsto iniciar producción en 2028, mientras que el campo Zama sigue pendiente de aprobación.

En el contexto internacional, la IEA subraya que el suministro global de petróleo aumentará más rápido que la demanda hasta 2030, lo que agrega presión adicional sobre países como México, que deben adaptarse a un entorno de mayor competencia, tensiones geopolíticas y cambios estructurales en los mercados energéticos.

Foto: Redes

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