Reporteros Sin Fronteras (RSF) alertó sobre un alarmante aumento en los asesinatos de periodistas en América Latina, con México como el país más peligroso para ejercer el periodismo. En los primeros siete meses de 2025, al menos 13 comunicadores fueron asesinados, ocho de ellos en territorio mexicano.
“Esta cifra ya supera los nueve casos registrados durante todo 2024”, denunció RSF en su más reciente informe, señalando que la mayoría de las víctimas eran periodistas locales que cubrían temas sensibles como crimen organizado, corrupción o desapariciones forzadas.
La organización con sede en París exigió a los gobiernos latinoamericanos adoptar medidas efectivas de protección y erradicar la impunidad que persiste en la mayoría de estos crímenes. “Los Estados deben reforzar las garantías de seguridad para la prensa”, subrayó Artur Romeu, director regional de RSF.
México encabeza la lista con ocho asesinatos de periodistas entre enero y julio, una cifra que expone la fragilidad de los mecanismos de protección existentes y la falta de voluntad política para salvaguardar la libertad de expresión.
Casos como el de Calletano de Jesús Guerrero —asesinado pese a estar inscrito en un programa de protección desde 2014— evidencian una crisis latente de violencia. También fueron asesinados Alejandro Gallegos de León, Kristian Uriel Zavala Martínez, Raúl Irán Villarreal Belmont y José Carlos González Herrera, todos ellos comprometidos con el periodismo local en contextos de alta violencia.
RSF destacó que muchas de las víctimas recibían amenazas o eran blanco de campañas de difamación, y en algunos casos, incluso contaban con protección policial al momento de su asesinato. Sin embargo, las investigaciones suelen ser tardías o inconclusas, perpetuando la impunidad.
En julio, tres nuevos asesinatos en menos de una semana elevaron a nueve el total de comunicadores muertos en el país, de los cuales ocho tienen relación directa con su labor informativa, indicó la ONG.
Otros casos recientes incluyen el de Salomón Ordoñez, asesinado en Puebla; Ángel Sevilla, ultimado en Sonora; Melvin García, hallado muerto en Quintana Roo tras años de exilio; y Ronald Paz Pedro, ejecutado en Guerrero minutos después de transmitir un reporte en vivo.
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Fotografía: Carlos Acuña