2 DE JULIO DE 2025. Los museos deben transformarse en «epicentros del cambio» para visibilizar y representar dignamente a la comunidad LGBTIQ+, rompiendo con prejuicios y fomentando la inclusión social. Este fue el planteamiento central de la conferencia «La memoria salvada: Recuperación y preservación de las herencias LGBTTIQ+ en los museos», impartida virtualmente por la profesora Addid Amador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), en el marco del Día Internacional del Orgullo LGBTQ+ y organizada por el Centro INAH Sinaloa.
Amador enfatizó que la creencia de que lo no hegemónico no merece estudio o reconocimiento ha invisibilizado por mucho tiempo las aportaciones y la existencia de las diversidades sexogenéricas en estos recintos culturales. Subrayó que los museos tienen un impacto social significativo y deben ser utilizados para representar la diversidad sexual, convirtiéndose en espacios comprometidos con la realidad social y desafiando críticamente las normas establecidas, tanto hacia el exterior como en su propia institucionalidad.
La experta también destacó que la inclusión de las herencias LGBTIQ+ en museos de historia y antropología contribuye a la creación de espacios seguros y a la reducción de desigualdades, abonando a un mosaico social más fraterno, informado y equitativo. Esto permite reconocer que la diversidad sexual es una parte intrínseca de la pluralidad cultural del país.
Amador reconoció el interés del INAH con iniciativas como el proyecto «Antropología de la sexualidad» y el foro «Visibilidad LGBTIQ+ en los museos». Además, resaltó el surgimiento de galerías y museos impulsados por el activismo de la comunidad, como el Museo Memoria LGBTTIQ+ en Guadalajara y el Museo de Arte Transfemenino en la Ciudad de México. Estos espacios son ejemplos del esfuerzo por asegurar políticas culturales que garanticen el disfrute y la digna representación de las personas disidentes del sexo y el género, y de sus patrimonios. La conferencia también exploró la diversidad sexual en culturas mesoamericanas, citando ejemplos de las civilizaciones huasteca, maya y mexica, evidenciando que la diversidad de prácticas y concepciones de género no es un fenómeno reciente.
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