Naucalpan, Estado de México. Una vez más, vecinas y vecinos de la colonia Nueva San Rafael enfrentan pérdidas totales luego del desbordamiento del Río Verde, cuyas aguas negras y una densa capa de espuma contaminante inundaron más de 50 viviendas.
“Perdimos lo poco que nos quedaba”, relató Guadalupe González, una de las afectadas. El agua contaminada entró por coladeras y sanitarios, alcanzando hasta dos metros de altura, arrastrando pertenencias, recuerdos y tranquilidad.
Inundaciones provocadas por el abandono institucional
El desbordamiento del río no es un hecho aislado. De acuerdo con testimonios de residentes como Ángela Chávez, el problema se repite cada año, agravado por la falta de un colector principal que impida que las aguas residuales se viertan en barrancas y ríos sin control.
“No solo es el río: el agua entra por las coladeras porque nuestras casas están conectadas directamente al afluente”, denunció Chávez.
Conagua agravó la situación, denuncian colonos
La intervención de la Conagua, lejos de prevenir, habría acelerado el desastre. Habitantes como Alberto López reportaron que las obras recientes para ampliar el cauce dejaron escombros mal manejados, los cuales fueron arrastrados por la corriente, socavando muros de contención y cimientos de al menos seis casas.
“Mi casa está a un metro del río. Si vuelve a llover, no sé qué va a pasar”, expresó López, mientras esperaba desde el domingo la llegada de alguna autoridad.
El origen de la espuma contaminante: negligencia estructural
Especialistas del municipio y personal del Organismo Municipal de Agua (OAPAS) explicaron que la espuma provino de detergentes y químicos domésticos concentrados en las aguas negras, que al ser agitados por la fuerza del río reaccionaron químicamente.
El alcalde Isaac Montoya Márquez señaló que la alcaldía realiza estudios para determinar si existen sustancias de origen más tóxico en la mezcla espumosa, y ha iniciado jornadas de limpieza, vacunación y desinfección.
Respuesta tardía y promesas incumplidas
A pesar del operativo de limpieza y desinfección —en el que participaron la Secretaría de Salud del Estado de México, Grupo Tláloc y CAEM— muchas familias recordaron que, tras las inundaciones de 2024, se les prometió ayuda que nunca llegó.
“Ya nos habían prometido muebles, pero no recibimos nada. Ahora otra vez todo se fue a la basura”, lamentó Mirella Reyes.
La comunidad exige una reparación estructural del borde del río, infraestructura de drenaje adecuada y políticas públicas que prioricen la prevención sobre la reacción.
Contaminación, abandono y miedo: Naucalpan en alerta
Mientras personal de salud aplica vacunas contra tétanos, hepatitis y otras enfermedades, los vecinos continúan removiendo escombros y observando el cauce del río, aún lleno de basura, árboles caídos y metales oxidados.
“No nos avisaron. No nos previnieron. Solo llegaron cuando ya era tarde”, afirmó Alejandra Colín.
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Fotografía: X.












