Pablo Iglesias presenta las instalaciones de Canal Red América Latina en México y provoca molesta reacción de Ricardo Salinas Pliego

La fuerte reacción que ha provocado la presencia de Canal Red en México es, en sí misma, un reflejo de su potencial impacto

El periodista y exvicepresidente del Gobierno español, Pablo Iglesias, anunció en redes la apertura de las oficinas en México de Canal Red América Latina, con sede en la Ciudad de México. A través de un video en redes sociales, Iglesias presentó las instalaciones y subrayó su propósito: disputar la narrativa dominante en la región desde una trinchera periodística de izquierda.

Canal Red América Latina es una realidad
Pablo Iglesias

Canal Red se suma así a los esfuerzos por construir una infraestructura mediática crítica, frente al dominio histórico de corporativos como Televisa, TV Azteca y otros consorcios alineados con agendas conservadoras. La jugada de Iglesias no pasó desapercibida. Pero no por su contenido, sino por las reacciones viscerales que provocó entre los representantes del poder económico y mediático.

Ricardo Salinas Pliego: del nerviosismo al exabrupto

El empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca y Grupo Salinas, mostró su incomodidad con el aterrizaje de Canal Red en México con la elegancia que lo caracteriza:

“Ni un milímetro a los zurdos de mierda porque se lo toman y te destrozan!!!” —escribió en su cuenta de X (antes Twitter), con signos de puntuación erráticos, pero con el clasismo de siempre intacto.

La respuesta de Iglesias fue fulminante:

“Si alguien personifica la mierda (y la delincuencia), ese es usted @RicardoBSalinas. Aquí, el equipo de La Base América Latina le hace un buen retrato”, publicó, acompañando el mensaje con un fragmento del programa.

El coro conservador se suma

Las reacciones de la derecha mexicana no se hicieron esperar. El exdiputado perredista Fernando Belaunzarán, quien hace tiempo cambió el amarillo por el azul sin necesidad de avisar, escribió:

“Canal Red estrena lujosas instalaciones en zona exclusiva de CDMX. Lo presume Pablo Iglesias. Desde hace tiempo @DoliaEstevez ha documentado la creciente influencia de la propaganda rusa en México y su vinculación con el obradorato. Deben aclararse permisos y financiamiento.”

Más dramático fue el activista ultraconservador Eduardo Verástegui, quien continúa en su cruzada personal por salvar a México de todo lo que no sea él mismo:

“La izquierda internacional más rancia mira a México como su ‘reserva ideológica’, ¿por qué? Es algo en qué pensar. Pero no la van a tener tan fácil @PabloIglesias. Lo que promueves es basura, así te lo digo. Años de muerte, hambruna y pobreza lo comprueban. No eres bienvenido en México si vienes acompañado de esas ideas. Mientras un solo mexicano de buenos principios siga en pie, ustedes tendrán resistencia. ¿Y qué creen? Somos millones. Este movimiento no lo para nadie.”

A lo que Iglesias replicó:

Usted no es nadie para permitir o dejar de permitir nada, ni en México ni en ninguna otra parte. Eso sí, verles a ustedes echar espuma por la boca ante la realidad de Canal Red en América Latina nos confirma que estamos haciendo las cosas bien.

La paranoia no sólo es un síntoma político: también es una estrategia. El miedo a la palabra, a la crítica, al pensamiento progresista sigue siendo el combustible favorito de la derecha cuando se siente amenazada. Y lo está.

¿Quién le teme a un medio de izquierda?

Más allá del cruce de insultos, lo que está en juego es una disputa mucho más profunda: la hegemonía del relato en América Latina. Canal Red América Latina irrumpe como un proyecto que busca romper el cerco informativo y dar voz a los sectores históricamente excluidos, frente al blindaje de los medios tradicionales que actúan como brazo ideológico de los poderes fácticos.

La sobrerreacción de personajes como Salinas Pliego no es gratuita: revela que la existencia de medios de izquierda sólidos, articulados y con presencia regional incomoda, porque pueden competir en terreno donde antes solo había monólogos disfrazados de periodismo.

La guerra mediática no es nueva, pero hoy se libra con más claridad: de un lado, quienes quieren seguir controlando lo que se puede decir y lo que no; del otro, una izquierda que ya entendió que sin medios no hay transformación posible.

Y a juzgar por la bilis de Salinas Pliego, parece que Canal Red ya está haciendo bien su trabajo.

Foto: El Ciudadano México

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