El senador Ricardo Anaya volvió a posicionarse en contra de la reforma a la Ley de Amparo presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum, con un discurso que más parece una estrategia para desinformar y crear alarma social que un análisis objetivo de la iniciativa.
Anaya ha insistido en que la reforma representa un intento autoritario del gobierno morenista para eliminar uno de los pocos recursos legales que tienen los ciudadanos para defender sus derechos. Sin embargo, sus declaraciones omiten deliberadamente el contexto real: la reforma busca acabar con el uso indebido y abusivo del amparo que en muchos casos ha frenado obras públicas y proyectos de interés general.
“Acaba de llegar una iniciativa para reformar la Ley de Amparo, y esto es un asunto gravísimo porque es parte de la consolidación del régimen de corte autoritario, es decir, primero se adueñaron a la mala del Poder Legislativo, luego fueron por el Poder Judicial, luego acabaron con todos los órganos autónomos, ya no hay IFT, ya no hay INAI, ya no hay Coneval, ya no hay Cofece»
El senador panista ha simplificado y distorsionado el contenido de la iniciativa, asegurando que se elimina la protección para los ciudadanos cuando un juez declare inconstitucional una ley, sin aclarar que la reforma pretende evitar que solo quienes tienen recursos económicos puedan beneficiarse de fallos que afectan a toda la sociedad, y busca garantizar mayor seguridad jurídica para todos.
“Ahora lo que quieren hacer es acabar con uno de los pocos recursos que tenían los ciudadanos para defenderse de las autoridades, porque lo que hay que recordar es que el amparo sólo procede cuando una autoridad, cuando el gobierno, viola los derechos humanos de un ciudadano»
Además, Anaya ha exagerado los efectos del cambio en el artículo 5 sobre el interés legítimo, señalando que limitará la capacidad de organizaciones civiles para defender el medio ambiente, pero no menciona que la reforma busca evitar amparos presentados sin un daño concreto, que muchas veces se usan para bloquear proyectos importantes bajo intereses particulares.
“Es el instrumento para que el ciudadano se defienda de los poderosos, y lo que están haciendo es básicamente acabar con la posibilidad de que el ciudadano se defienda y fortalecer aún más al gobierno”
Con estas declaraciones, Ricardo Anaya parece más interesado en sembrar miedo y confusión entre la población, que en contribuir a un debate serio sobre la necesidad de modernizar la Ley de Amparo, que busca equilibrar la protección de derechos con el desarrollo y la gobernabilidad del país.
Foto: Redes












