La Secretaría de la Defensa Nacional llevó a cabo la ceremonia por el 80 aniversario del Retorno a la Patria de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, un acto encabezado por el titular de la Sedena, Ricardo Trevilla Trejo, quien realizó una guardia de honor en el Monumento a las Águilas Caídas, ubicado en el Bosque de Chapultepec. Durante el homenaje, se colocó una ofrenda floral dedicada a los integrantes del histórico Escuadrón Aéreo 201, reconocido por su valentía en la Segunda Guerra Mundial.
El comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, general Román Carmona Landa, destacó que los militares mexicanos afrontan hoy nuevos desafíos, como la vigilancia del espacio aéreo, el apoyo en emergencias y la colaboración con el Ejército y la Guardia Nacional para fortalecer la seguridad y el desarrollo nacional. Explicó que estas tareas se realizan bajo el mismo espíritu que guió a la unidad expedicionaria durante su misión en Filipinas hace ocho décadas.
Carmona Landa recordó que la hazaña del Escuadrón 201 continúa sirviendo de ejemplo para las nuevas generaciones. El general evocó el mensaje del último sobreviviente de aquella fuerza expedicionaria, el sargento primero Maximiliano Gutiérrez Marín, quien solía subrayar que el éxito de la aviación militar se fundamenta en el patriotismo, la unidad y el compromiso voluntario de quienes responden al llamado del país. Según el comandante, este pensamiento impulsa a las Fuerzas Armadas a trabajar junto con la sociedad para construir un México más fuerte.
El general también recordó que en 1942 México se vio obligado a entrar en la Segunda Guerra Mundial tras los ataques a embarcaciones nacionales. Dos años más tarde se integró la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, conformada por 293 elementos, incluidos 35 pilotos aviadores y personal especializado del Ejército. Todos ellos aceptaron el riesgo de combatir en el Pacífico para defender el honor del país.
En ese despliegue, los mexicanos participaron en misiones de reconocimiento, bombardeo y apoyo en Filipinas, enfrentando a un enemigo experimentado. Algunos perdieron la vida en combate, dejando un legado de sacrificio, lealtad y valor que continúa definiendo a la Fuerza Aérea Mexicana.
El regreso de los integrantes del Escuadrón 201 a San Pedro, California, el 13 de noviembre de 1945, representó un momento de orgullo nacional. A ocho décadas de su retorno, la Sedena, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional reconocen en aquella misión un legado perdurable, recordando que el cumplimiento del deber exige disciplina, preparación y entrega absoluta.
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