Aunque las sociedades que el siglo pasado se llamaban a sí mismas “libres” parecen hoy obsesionadas por regresar a las catacumbas del oscurantismo, el pulso humano de la exploración nunca se detiene. Desde la época de las cavernas, cuando los homínidos eran rudimentarios en todas sus técnicas, menos en su técnica social, la experimentación con la psicodelia y la búsqueda de nuevas avenidas de percepción, comunidad y pensamiento han sido una constante. Fue esa sinergia la que permitió el descubrimiento del fuego y la creación del arte, hitos mucho más importantes y útiles que cualquier tecnología destructiva concebida en este frenético Siglo XXI.

En ese mismo espíritu de búsqueda y subversión, una nueva obra literaria ha sido reconocida por su valiente inmersión en los territorios inexplorados de la mente. La Secretaría de Cultura y el INBAL, a través de la Coordinación Nacional de Literatura, han otorgado a Sergio Arroyo el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí Amparo Dávila 2025 por su obra Matrikaria.
Con discurso higienista, jurado celebra el volumen de cuentos sobre exploración de los estados alterados de la conciencia
El jurado, conformado por Aniela Rodríguez, Luis Jorge Boone y Fernando Adolfo Morales Orozco, elogió el cuentario por su “exploración de los estados alterados de la conciencia, a través de una prosa limpia, clara y muy bien cuidada”, que retoma el surrealismo con una estética contemporánea.
La obra, firmada con el seudónimo “Sanpei Shirato”, confronta a sus personajes con atmósferas inquietantes, desatando un choque de fuerzas que revela la complejidad de la experiencia humana. Para el escritor, este reconocimiento es especialmente significativo. A pesar de su experiencia previa en la edición, Matrikaria marca su primer premio literario.
Arroyo comparte que la idea para el libro surgió tras la muerte de su madre, un periodo de introspección que lo llevó a sus recuerdos de infancia y a un caso particular que le dio título al cuento principal. Con una admiración evidente por la obra de Amparo Dávila, Arroyo se siente honrado de participar en un certamen que rescata su legado.
El autor explica su filosofía narrativa:
“No creo que nadie quiera leer historias de gente bien asentada material ni afectivamente ni, en una palabra, de gente feliz. La felicidad no se ajusta bien a un conflicto narrativo. Si logras crear un personaje alterado, pero aún capaz de hacerle frente a la vida con un propósito, tienes un cuento.”
Con esta victoria, el escritor, radicado en el Estado de México desde 2013, consolida su trayectoria. A pesar de considerarse un «escritor tardío», su compromiso con la lectura y la escritura es evidente. Sergio Arroyo, amante de la literatura fantástica, el terror y la ciencia ficción, reafirma con Matrikaria que, al sumergirse en los rincones más extraños y oscuros de la conciencia, se encuentran las historias más reveladoras
FOTOGRAFÍAS: INBAL