Este lunes 25 de agosto de 2025 se cumplieron 8 años del desplazamiento masivo de la etnia Rohinyá , una etnia musulmana, desde las tierras que habitaban al norte del estado de Rakhine, en Myanmar. El desplazamiento sobrevino a la cacería humana que la milicia de Myanmar emprendió contra la etnia tras confrontaciones con los soldados.
Ante esta conmemoración, las Naciones Unidas han estado pidiendo solidaridad con esta etnia minoritaria, cuyos integrantes hasta la fecha sobreviven en medio de la precariedad.
Según desglosa el Organismo Internacional en un comunicado, más de 700 mil Rohinyá resultaron desplazados a Bangladesh como resultado de la campaña militar en su contra desatada el 25 de agosto de 2017. En ese país, se incorporaron a otros miles de refugiados que previamente sobrevivían en campamentos aledaños al distrito costero de Cox Bazar.
El portavoz del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, declaró que, a ocho años del desplazamiento masivo de la población rohinyá desde el estado de Rakhine, su situación se ha deteriorado gravemente. Dujarric señaló que tanto los rohinyás como otros civiles en la región se encuentran atrapados en el conflicto entre el ejército de Myanmar y el Ejército de Arakan, sufriendo reclutamiento forzado y violaciones de sus derechos humanos.
La declaración subraya que la violencia ha provocado nuevos desplazamientos hacia Bangladesh, país que ya acoge a más de 1,1 millones de refugiados. Asimismo, expresa preocupación por las deportaciones en la región que podrían violar el principio de no devolución y por los recortes de financiación que afectan la asistencia básica.
El Secretario General reiteró su llamado a proteger a todos los civiles de acuerdo con el derecho internacional, pidiendo mayor solidaridad global y soluciones políticas que incluyan a los rohinyás para un retorno voluntario y seguro. Además, manifestó su esperanza de que una próxima conferencia en Nueva York ayude a encontrar soluciones duraderas.
Amnistía Internacional ya había encendido las alertas hace un año
Es importante recordar que ya desde agosto de 2024 Amnistía Internacional ya había advertido de la situación a través de su investigador Joe Freeman, quien señaló que la situación de la minoría rohinyá en Myanmar es alarmantemente similar a la de hace siete años, con crecientes ataques, desplazamientos y violaciones de derechos humanos. Según el informe, los rohinyás se encuentran atrapados en el fuego cruzado entre el ejército de Myanmar y el Ejército de Arakan, siendo incluso reclutados a la fuerza.
Freeman indicó que el ejército ha intensificado sus ataques aéreos, destruyendo infraestructura civil y desplazando a millones de personas. El Ejército de Arakan también ha sido acusado de atrocidades, como el reciente incendio en Buthidaung y un ataque en agosto, en el cual murieron varios civiles rohinyás. Amnistía Internacional insta a ambas partes a respetar el derecho internacional humanitario y pide que se investiguen los crímenes de guerra.
Además, el informe destaca que el millón de refugiados en Bangladesh enfrentan condiciones precarias, falta de fondos para alimentos, y deficiencias en servicios básicos.
FOTOGRAFÍA: AMNISTÍA INTERNACIONAL