La noticia del fallecimiento de Charlie Kirk, una de las voces más influyentes del conservadurismo en Estados Unidos, ha reavivado en redes y medios un episodio que marcó un antes y un después en su retórica internacional: el día en que arremetió con dureza contra la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Conocido por su cercanía con Donald Trump y por liderar la organización juvenil Turning Point USA, Kirk no solo fue un agitador político dentro de su país, sino también un férreo crítico de líderes extranjeros. Una de sus intervenciones más controversiales fue la que protagonizó en su programa “The Charlie Kirk Show”, donde calificó a Sheinbaum como una de las mayores amenazas para Estados Unidos, incluso por encima de figuras como Vladimir Putin o Xi Jinping.
Durante esa emisión, Kirk manifestó su preocupación por lo que él consideraba una estrategia pasiva del gobierno mexicano ante la expansión de los cárteles y sus supuestos vínculos con estructuras dentro de EE.UU. En su análisis, sostuvo que México se beneficiaba económicamente de la relación bilateral mientras exportaba problemas de seguridad, y cuestionó el papel de Sheinbaum en esta dinámica.
“De todos los líderes mundiales, a quien más detesto es a la presidenta mexicana. Ustedes saben que hablamos del Partido Comunista Chino y hablamos de Rusia, pero honestamente, esta mujer es quien más daño le esta haciendo a los Estados Unidos…”
Además, planteó la posibilidad de que Estados Unidos utilizara drones militares contra los cárteles en territorio mexicano, una propuesta que generó amplias críticas y que fue interpretada como una provocación directa a la soberanía de México.
“Causa una infinidad de estragos en nuestro país. Es peor que Vladimir Putin. De hecho Putin nunca ha hecho estragos en América. La presidenta de los mexicanos está liderando un levantamiento desde el interior de América y ella tiene mucho con que trabajar porque tiene muchas células durmientes en este país…”
Kirk también lanzó acusaciones sobre el fenómeno migratorio, sugiriendo que familias provenientes de México servían como vehículos financieros para grupos criminales al enviar dinero hacia el sur de la frontera. En su visión, Sheinbaum no solo no combatía estos esquemas, sino que los permitía crecer.
“¿Ustedes creen que México le declara la guerra a los cárteles por Estados Unidos? Creo que estamos tan concentrados en Rusia, Rusia, Rusia y Rusia. La relación económica de México de una naturaleza parásita. ¿Cuándo será el día que Estados Unidos mande sus drones a México para acabar con los cárteles…?”
“Los cárteles envían familias a Estados Unidos desde México y luego esas familias le mandan el dinero del narco a los cárteles. Una de cada cuatro personas que vive en California, no nació allí. Es momento de atacar a los cárteles. Ir con todo por los drones. ¿Por qué invadimos Irak cuando es México quien se caga en nuestra gente?”
Claudia Sheinbaum nunca respondió públicamente a estas declaraciones, que en su momento se viralizaron, pero hoy, tras el fallecimiento de Kirk, vuelven a tomar fuerza entre simpatizantes y detractores por igual.
Aunque para muchos representó una voz firme del conservadurismo, para otros fue simplemente una figura polarizadora cuyo legado está marcado por el odio ideológico y la estigmatización de lo diferente. Su muerte, ocurrida en medio de un contexto político ya de por sí tenso, deja abiertas preguntas importantes sobre los límites del discurso político en los medios y el impacto que este puede tener tanto en la vida pública como en las relaciones internacionales.
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