La noche del martes, poco después de que concluyó una sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados, el diputado Pedro Haces Barba celebró su cumpleaños número 60 en el restaurante “Caroline’s 400”, uno de los espacios más exclusivos de la Ciudad de México, ubicado en el interior del hotel St. Regis. A la reunión asistieron legisladores de distintas bancadas, entre ellos figuras destacadas del Congreso y cercanas al coordinador sindicalista.
El lugar elegido para el festejo dista mucho del espíritu republicano que Morena ha buscado consolidar desde su fundación. La llamada austeridad republicana, uno de los pilares del proyecto político del movimiento, parte del principio de que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”. Bajo esa lógica, los actos de representación pública implican una responsabilidad ética adicional para quienes ocupan cargos de liderazgo.
En contraste, “Caroline’s 400” se describe a sí mismo como un club privado “donde la exclusividad cobra vida”. La carta incluye platillos de alta gama, como el «Caviar Imperial» con un precio de 9,900 pesos, mini hamburguesas de cordero a 390 pesos y lechón confitado por más de mil. Todo ello acompañado de una selección de mixología de autor en un espacio reservado para miembros cuidadosamente seleccionados.
Pedro Haces, conocido por su trayectoria sindical y su cercanía con sectores empresariales, ha sido protagonista de distintas controversias en el pasado. Esta celebración, si bien no rompe ninguna norma institucional, sí abre una discusión relevante sobre la congruencia entre los estilos de vida personales y los ideales políticos que se promueven desde la tribuna pública.
Al evento asistieron legisladores como Ricardo Monreal, Sergio Gutiérrez Luna, Gabriela Jiménez, Cristal Pelayo, Dolores Padierna, así como representantes del PRI, PVEM y PT, en un ambiente privado y reservado. Solo dos asistentes llegaron con regalos visibles: una botella de tequila artesanal y una de whisky escocés de 15 años, cuyo valor estimado ronda los 1,300 pesos.
La elección de un espacio con precios tan elevados y acceso limitado contrasta con el discurso de cercanía al pueblo que Morena ha defendido desde su creación. Si bien el festejo fue privado, su carácter simbólico no pasa inadvertido cuando se trata de una figura que ocupa una posición estratégica en la operación política del partido.
La congruencia no es un detalle menor en la vida pública, y las decisiones personales, incluso las sociales, proyectan mensajes que pueden reforzar o debilitar los principios que se dicen representar.
Foto: Redes