En medio de una crisis interna que atraviesa el PRI en Puebla, Néstor Camarillo Medina, presidente del Comité Estatal del partido y senador, ha decidido responsabilizar a Morena y al dirigente estatal del PAN, Mario Riestra Piña, por la ruptura de la alianza PRI-PAN y las dificultades que enfrenta su partido de cara a las elecciones de 2027.
Camarillo sostiene que los supuestos acuerdos entre Riestra y Morena habrían provocado la fractura, acusando al líder panista de una “traición” electoral. Sin embargo, esta versión parece más un intento de Camarillo por desviar la atención y justificar la pésima gestión que ha tenido al frente del PRI en Puebla, donde la falta de unidad y resultados es evidente.
Por su parte, Morena ha demostrado que no necesita de alianzas con ningún partido, mucho menos con el PAN, para consolidar su posición en la entidad. La fuerza política morenista ha crecido por su propia capacidad y estructura, lo que vuelve aún más cuestionable el señalamiento del dirigente priista.
Además, Camarillo intenta distanciarse de Riestra y del PAN, pero olvida que esta actitud confrontativa y divisiva también refleja un liderazgo incapaz de construir consensos dentro de su propia militancia. Mientras critica a Morena y al PAN, el PRI en Puebla sigue debilitándose, sin una estrategia clara para recuperar espacios electorales.
Al justificar que el PRI competirá solo en 2027, Camarillo parece aceptar implícitamente que su partido está en retroceso, pese a asegurar que esta decisión podría mejorar su votación. La realidad es que su falta de visión y la incapacidad para mantener alianzas estratégicas podrían terminar costándole caro al partido.
Las acusaciones de Camarillo hacia Morena y Riestra no solo carecen de fundamentos sólidos, sino que reflejan la estrategia desesperada de un dirigente que prefiere culpar a otros antes que asumir la responsabilidad de la debacle priista en Puebla.
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