Pueblos originarios del Valle de Tehuacán intensificaron su oposición a la empresa Colorado Ecoterra, acusando al gobierno de ignorar sus demandas y de priorizar intereses empresariales sobre el derecho al agua. Durante una Asamblea Comunitaria Regional realizada en el Arco de Seguridad de Altepexi, representantes de al menos seis municipios se congregaron para manifestar su rechazo a los invernaderos instalados en San Marcos Necoxtla, una zona que consideran vital para el abasto hídrico regional.
La preocupación central gira en torno al manantial “La Taza”, del cual dependen más de 50 mil personas en localidades como Chilac, Altepexi, Ajalpan, Zinacatepec y Miahuatlán. Las comunidades aseguran que el acuífero ya presenta signos de agotamiento, y temen que la operación de los invernaderos acelere su deterioro.
Durante el encuentro, diversas autoridades ejidales y representantes de comités del agua manifestaron que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ha postergado su dictamen sobre el caso, lo que ha sido interpretado como una señal de respaldo implícito a la empresa. Exigieron una resolución inmediata y negativa para Ecoterra, lo que implicaría la cancelación definitiva de sus actividades.
El malestar se ha extendido a nuevas comunidades como Pantzingo, cuyos ejidatarios participaron por primera vez en este tipo de movilización. De igual forma, líderes comunitarios han anunciado la intención de formar alianzas con otros municipios y colectivos ambientalistas de la región, incluyendo Tepanco de López y San Andrés Cholula.
Algunos de los asistentes recordaron que desde tiempos coloniales —específicamente desde 1543—, los pueblos originarios han administrado el agua de manera autónoma, y enfatizaron que este derecho histórico no puede ser vulnerado por decisiones gubernamentales tomadas sin consulta ni consentimiento.
En un momento simbólico, representantes de Chilac y Miahuatlán hablaron en lenguas originarias —Ngiwa y náhuatl, respectivamente— para reafirmar su conexión ancestral con el territorio y con el agua. Desde esa perspectiva, la defensa del manantial no es solo una necesidad ambiental, sino una lucha por la preservación cultural e identidad de los pueblos originarios.
El Comité Central del Agua de Chilac también reiteró que esta lucha no es política ni partidista, sino una defensa directa del derecho humano al agua. Indicaron que los discursos oficiales que elogian a los pueblos indígenas se contradicen con la falta de acción frente a este conflicto ambiental.
Finalmente, la Asamblea cerró con un llamado a la movilización regional y nacional, con la meta de frenar la expansión de los invernaderos y proteger uno de los recursos hídricos más importantes del sureste poblano.
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