El Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Soapap) pidió autorización ambiental para construir un recolector sanitario en San Isidro Castillotla, lo que revela que durante años esta zona de la capital poblana ha vertido aguas residuales sin tratamiento hacia barrancas y, eventualmente, al río Atoyac.
La solicitud fue ingresada a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) mediante la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) publicada en la Gaceta Ecológica, donde Soapap reconoce que 17 calles de la colonia carecen de infraestructura básica de alcantarillado, lo que ha ocasionado descargas directas al entorno sin control ni supervisión.
Un rezago histórico que Soapap admite por primera vez
Según el documento presentado, la obra contempla una red de recolección para captar y conducir aguas residuales hacia la planta de tratamiento “Atoyac Sur”, con el fin de evitar que continúen llegando al afluente, considerado uno de los ríos más contaminados del país.
Las características del proyecto son:
- 6 mil 331.31 metros de tubería PEAD corrugado
- 130 pozos de visita
- Profundidad promedio de zanja: 4.5 metros
- Periodo estimado de ejecución: 180 días
Soapap reconoce que no existe conexión a planta de tratamiento en la zona, lo que ha derivado en descargas descontroladas a la barranca existente, pese a que la ley establece la obligación de garantizar saneamiento previo.
Un problema que rebasa lo técnico
Organizaciones ambientales han señalado que el deterioro del Atoyac está vinculado tanto a descargas industriales como domésticas, lo que refuerza la necesidad de vigilancia y no sólo infraestructura. Si el proyecto avanza, será uno de los primeros en ejecutarse en 2026 como parte de los mecanismos para frenar la contaminación del río.
Sin embargo, especialistas han advertido que la obra por sí sola no garantiza saneamiento, pues se requieren inspecciones, sanciones y monitoreo permanente a fin de evitar que, una vez construido el colector, continúen vertiéndose desechos irregulares.
Foto: Redes












