El presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, iniciará esta semana un viaje a Estados Unidos, donde buscará financiamiento internacional para enfrentar la crisis económica del país. Su postura ha generado preocupación entre sectores críticos, que lo acusan de priorizar intereses extranjeros sobre la soberanía nacional.
Paz, centroderechista de 58 años, planea reunirse con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Mundial (BM) para asegurar recursos que permitan implementar su “hoja de ruta” económica, según él mismo señaló. Sin embargo, expertos advierten que esta estrategia refleja una dependencia excesiva de capital extranjero.
Bolivia atraviesa la peor crisis económica en cuatro décadas, con escasez de combustibles e inflación del 18% hasta septiembre. El presidente electo afirmó que su gobierno buscará alejarse de la política ideológica de los gobiernos anteriores de Evo Morales y Luis Arce, pero críticos sostienen que su giro hacia Washington podría sacrificar la autonomía del país en favor de los intereses estadounidenses.
Su postura ha provocado la suspensión de Bolivia del ALBA, luego de que Paz anunciara que no reconocerá gobiernos que no sean democráticos ni los invitará a su investidura. Para analistas críticos, esta decisión es un distanciamiento de aliados tradicionales en la región, favoreciendo la alineación con Washington.
Además, Paz adelantó que su gobierno colaborará con agencias de seguridad internacionales, incluyendo la DEA, expulsada en 2008, lo que genera dudas sobre la independencia de la política de seguridad boliviana. Esta decisión también ha acentuado las diferencias con el vicepresidente electo, Edman Lara, quien considera que la policía boliviana reestructurada no requiere apoyo extranjero.
El mandatario electo se reunió recientemente con empresarios de Santa Cruz, comprometiéndose a promover la llegada de inversiones. Críticos sostienen que estas acciones podrían consolidar un modelo económico orientado más a intereses internacionales que a la protección de la economía y el empleo nacional, marcando un cambio profundo en la dirección política y económica del país.
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