Salinas Pliego reordena su agenda: el futbol ya no es prioridad
El panorama del futbol mexicano podría sufrir una de sus transformaciones más profundas en años. De acuerdo con distintas fuentes deportivas, entre ellas una columna de SDP Noticias firmada por Irán González, Ricardo Salinas Pliego inició el proceso para vender sus dos franquicias de la Liga MX: Mazatlán FC y Club Puebla. El medio afirma que el empresario “se alejaría al 100% del futbol mexicano para concentrarse en negocios estratégicos y reducir obligaciones fiscales y regulatorias”, lo que abre una nueva etapa en su relación con el deporte profesional.
La hipótesis principal no es solamente económica. La columna de El Imparcial sostiene que la salida del futbol es parte de una decisión más amplia: “Salinas Pliego ha dejado claro que su objetivo es incursionar formalmente en la arena política y se alejaría por completo del futbol”. Según información filtrada a la plataforma 365 Scores, su equipo cercano habría sido notificado de un reordenamiento estratégico rumbo a la contienda presidencial de 2026.
Este movimiento llega en un contexto de malas campañas deportivas y tensión en la Liga MX por la prohibición inminente de la multipropiedad, medida que deberá resolverse antes del Mundial 2026. Salinas Pliego controla simultáneamente dos clubes: Mazatlán FC y Club Puebla, por lo que está obligado a vender al menos uno de ellos en un plazo cada vez más corto.
Puebla en remate: fracaso inglés y capital norteamericano en la mesa
En el caso del Club Puebla, diversos reportes han señalado que el primer intento de venta estuvo dirigido a un fondo británico, pero la negociación no prosperó. Según El Imparcial, la directiva decidió reducir el precio de la franquicia e iniciar una nueva ronda de acercamientos. La valuación actual sería de menos de 65 millones de dólares, una cifra considerablemente menor a los montos manejados hace un año. Los interesados serían un fondo estadounidense y un grupo empresarial poblano con intención de recuperar el control local del equipo.
El análisis coincide con la lectura de mercado que han surgido en columnas deportivas: el Puebla sería considerado un “activo en dificultades”, afectado por la presión fiscal de Grupo Salinas y por los malos resultados en cancha. El equipo cerró el Apertura 2025 como último lugar, con apenas 12 puntos en toda la temporada. Esta caída deportiva ha sido acompañada por decisiones administrativas orientadas a reducir costos operativos, como la salida de figuras, la austeridad en refuerzos y la preferencia por plantillas juveniles de bajo costo.
Mazatlán, en cambio, tiene un escenario más avanzado. Reportes de FOX Sports México indican que ya existe un acuerdo para que el Atlante adquiera la franquicia por 65 millones de dólares, con lo que regresaría administrativamente a la Liga MX. De confirmarse este movimiento, Puebla quedaría como el último equipo deportivo de Grupo Salinas en competencia directa y su venta sería cuestión de tiempo.
Más allá de la cancha: la batalla por el arraigo territorial
La posible venta del Club Puebla abre una interrogante central para la afición: la continuidad del equipo en la Angelópolis. Si un fondo extranjero adquiere el control total sin clausulas de arraigo territorial, existe el riesgo de que la franquicia sea reubicada si no se confirma su rentabilidad a mediano plazo. En términos federativos, el certificado de afiliación permite ese movimiento si no hay restricciones explícitas impuestas por la negociación.
La posición en la mesa de negociaciones confirma la urgencia del proceso. La multipropiedad tiene fecha límite, los adeudos fiscales de Grupo Salinas han generado presión pública, y la rentabilidad del Puebla es hoy incierta. En ese escenario, la franquicia se encuentra en una operación decisiva que puede redefinir su futuro en la Liga MX y en la ciudad donde ha construido su historia durante décadas.
Hoy, el Club Puebla no se juega un torneo: se juega su permanencia. El precio ya bajó. El reloj corre rumbo a 2026. Y la decisión final aún no está tomada.
