El gobernador Alejandro Armenta lanzó fuertes críticas contra administraciones pasadas al señalar que durante esos periodos se permitió el saqueo del estado mediante negocios liderados por personas que, afirmó, se presentaban como empresarios pero actuaban como delincuentes. A este esquema de corrupción lo denominó “cártel del despojo”, remarcando que su gobierno busca romper con esas viejas prácticas.
Durante su conferencia de este lunes, el mandatario explicó que su administración se distingue por un manejo responsable y honesto de los recursos públicos. De acuerdo con Armenta, en otros tiempos existieron autoridades municipales y estatales que, bajo una fachada de legalidad, participaban en redes que operaban como auténticas mafias y que afectaron a Puebla durante años.
Armenta subrayó que su gobierno está enfocado en desmantelar la estructura de corrupción heredada por los gobiernos neoliberales, pues dichas gestiones dejaron compromisos financieros y prácticas nocivas que dañaron las arcas estatales. Según explicó, los actores más perjudiciales para la vida pública no son únicamente aquellos vinculados al crimen común, sino quienes —desde posiciones de poder— usaron cargos públicos para apropiarse del dinero de la ciudadanía y posteriormente convertirse en supuestos empresarios.
Señaló que estos grupos solían justificar compras y contratos que no fortalecían a los sectores locales, sino que estaban diseñados para obtener beneficios personales mediante comisiones y desvíos. En contraste, afirmó que su administración impulsa a productores locales como viveristas, cafetaleros, zapateros y sorgueros, sectores que anteriormente fueron ignorados mientras se privilegiaban adquisiciones que generaban ganancias ilícitas.
El mandatario también expuso que en administraciones previas Puebla operó como un estado protector del huachicoleo, asegurando que existió una estructura gubernamental completa —incluidos funcionarios— dedicada al robo de hidrocarburos. En contraparte, destacó que su gobierno se ha concentrado en recuperar combustible robado y en combatir de manera frontal dicha actividad.
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