El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026, aprobado por el Congreso de la Unión, garantiza a Puebla una asignación de 119 mil 701 millones de pesos provenientes del gasto federalizado. La cifra representa un aumento real del 1.5 por ciento respecto al ejercicio anterior y significa que el estado contará con 5 mil 745 millones de pesos adicionales para sostener sus programas, obras y políticas públicas durante el próximo año.
El documento aprobado por la Cámara de Diputados aclara que este monto no es definitivo, ya que algunos rubros —en especial los destinados a infraestructura educativa y seguridad pública— aún están pendientes de distribución geográfica. Una vez que esos fondos sean delimitados por entidad, Puebla podría rebasar incluso los 126 mil millones de pesos, lo que colocaría a la entidad en niveles históricos de inversión federal.
Dentro de la composición presupuestal, el mayor peso recae en las participaciones federales, con 64 mil 141 millones de pesos, equivalentes a un crecimiento real del 5.3 por ciento respecto a 2025. Por su parte, las aportaciones federales suman 48 mil 516 millones, con un ligero ajuste a la baja del 2.8 por ciento, mientras que los convenios de descentralización y reasignación aportan 7 mil 43 millones, lo que representa una reducción marginal del 1.4 por ciento en términos reales.
Con ese volumen de recursos, Puebla se mantiene entre las diez entidades que más recursos federales reciben, concentrando 4.3 por ciento del total nacional. Por encima se ubican el Estado de México, la Ciudad de México, Veracruz, Jalisco y Chiapas, mientras que detrás aparecen Nuevo León, Guanajuato y Oaxaca.
El incremento aprobado no sólo se traduce en cifras contables: también refleja una decisión política del gobierno federal de continuar con la redistribución del gasto público, orientando los recursos hacia regiones con mayor rezago social y necesidades de infraestructura. En el caso de Puebla, esto permitirá mantener programas de inversión productiva, fortalecer los servicios de salud y educación, y dar continuidad a obras carreteras y de agua potable en distintas zonas del estado.
El presupuesto 2026 confirma así la visión federalista y solidaria de la Cuarta Transformación, que prioriza el bienestar social sobre el gasto burocrático, y que busca equilibrar las brechas entre los estados con más desarrollo y aquellos que históricamente han tenido menos oportunidades de crecimiento.












