El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puebla publicó la convocatoria para la renovación de su dirigencia estatal, un proceso que se realizará el 9 de enero de 2026 y que llega en uno de los momentos más frágiles para el tricolor, marcado por confrontaciones internas, pérdida de cuadros y una notoria caída en su presencia política.
Aunque la dirigencia estatal intenta presentar el proceso como una muestra de apertura, al interior del partido se reconoce que la disputa responde más a pugnas por control que a un verdadero esfuerzo de reconstrucción. Incluso entre los perfiles interesados, las diferencias son notorias.
En la contienda figuran Lorenzo Rivera Nava y Delfina Pozos Vergara, quienes han insistido —de acuerdo con integrantes del consejo— en que el PRI debe recuperar su estructura territorial, aunque sus propios críticos señalan que representan las mismas prácticas que han debilitado al partido.
A ellos podría sumarse la diputada federal Xitlalic Ceja, quien renunció recientemente a la presidencia del Organismo Nacional de Mujeres Priistas. Integrantes del comité estatal explicaron que Ceja dejó el cargo para abrir paso a sus aspiraciones, señalando que pretende ofrecer una imagen de renovación, aunque dentro del PRI se comenta que su candidatura responde a acuerdos cupulares y no a una demanda real de la militancia.
La convocatoria establece que el registro de aspirantes será el 18 de diciembre, seguido por una campaña interna del 20 al 31 de diciembre, un periodo que militantes consideran insuficiente y que, según ellos, favorece a candidatos impulsados por la dirigencia actual.
La elección del nuevo dirigente recaerá en una asamblea de consejeros estatales, mecanismo que ha sido criticado por sectores internos al considerarlo poco incluyente y alejado de la militancia de base. De hecho, voces dentro del partido afirman que la elección entre consejeros solo perpetúa los mismos grupos que han mantenido el control durante años.
Otros aspirantes que se suman al proceso son Rocío Toxqui Oropeza, Jorge Amador Alarcón, Héctor Laug García y Teodomiro Ortega González, cada uno con respaldos fragmentados y cuestionamientos internos sobre su representación real dentro del tricolor.
Con una lista creciente de perfiles y un ambiente de competencia marcada por intereses internos, el proceso del PRI Puebla parece enfrentar más retos que oportunidades. Para muchos militantes, este ejercicio no garantiza una verdadera transformación, sino que refleja nuevamente la crisis de liderazgo que ha llevado al partido a su debilitamiento actual.
Foto: Agencia Enfoque












