La combinación de altitud, proximidad con la Ciudad de México y una renovación a contrarreloj del Estadio Cuauhtémoc coloca a Puebla como una de las opciones más fuertes para convertirse en “Campamento Base” de selecciones mundialistas durante la Copa del Mundo 2026. De acuerdo con el calendario oficial publicado recientemente por la FIFA, las condiciones poblanas encajan especialmente con las necesidades de Sudáfrica y Colombia.
Sudáfrica es, por ahora, el candidato que más encaja con lo que ofrece la Angelópolis. El equipo africano abrirá el torneo contra México en el Estadio Azteca, ubicado a más de 2 mil 200 metros de altitud, por lo que requiere entrenar en una ciudad que replique esas condiciones. La altura de Puebla —solo 100 metros por debajo de la capital— la convierte en un sitio ideal, además de estar a poco más de una hora de distancia. Desde su cuerpo técnico se reconoce que necesitan un entorno que evite desventajas físicas ante el anfitrión, y Puebla entra en esa ecuación junto con Pachuca, su principal competencia.
Colombia surge como el segundo aspirante natural. El conjunto cafetero, acostumbrado a los más de 2 mil 600 metros de Bogotá, jugará en la Ciudad de México y en Guadalajara, dos plazas donde la adaptación a la altitud será determinante para su desempeño. Para ellos, entrenar en Puebla implicaría sostener su preparación sin el desgaste de mover la base a zonas de menor altitud, lo que les permitiría mantener un rendimiento fisiológico estable durante la fase de grupos.
Aunque Sudáfrica y Colombia lideran la lista de posibilidades, también existe margen para que el ganador del Repechaje Europeo considere a Puebla. Este equipo cerrará la primera fase enfrentando a México en el Azteca, por lo que buscar una sede cercana a la capital sería lo más lógico. La saturación de instalaciones en la CDMX abre una ventana para que Puebla compita como alternativa logística eficiente.
Ante este escenario, el gobierno estatal ha comenzado a mover sus piezas. José Luis García Parra, coordinador del Gabinete Estatal, explicó que ya iniciaron los trabajos de rehabilitación del Estadio Cuauhtémoc, una inversión estimada entre 250 y 280 mil dólares. Detalló que la intervención incluye la renovación del drenaje, la nivelación del terreno y la colocación de césped avalado por la FIFA. Según el funcionario, esta modernización busca subsanar daños ocasionados por lluvias y eventos masivos y garantizar estándares internacionales de calidad. También mencionó que el estadio superó una primera revisión FIFA, y que la remodelación es el paso clave para la evaluación definitiva que tendrá lugar en Estados Unidos en diciembre.
Sin embargo, la competencia no es menor. Pachuca aparece como el principal rival para recibir a Sudáfrica gracias a las instalaciones de la Universidad del Fútbol, mientras que Querétaro ha comenzado a promoverse como la sede óptima para selecciones que jugarán en Guadalajara pero requieren conexión estratégica con la capital. Cada ciudad juega sus cartas: altitud, infraestructura, seguridad y disponibilidad.
En contraste, las selecciones del grupo asignado a Monterrey difícilmente verán a Puebla como opción, ya que equipos como Japón o Túnez buscarán sedes en el norte del país para evitar largos traslados y adaptarse a climas más cálidos.
Aun así, el calendario mundialista deja abierta otra posibilidad: si México avanza como líder de su grupo, jugará sus partidos de eliminación directa en el Estadio Azteca, lo que significa que sus futuros rivales podrían buscar una base cercana a la capital. En ese escenario, Puebla estaría en posición de ofrecer una sede de emergencia con infraestructura recién renovada.
La apuesta del gobierno estatal no solo pasa por el estadio. También se trabaja en destacar seguridad, conectividad aérea y capacidad hotelera, con la intención de vender a Puebla no solo como un campo de entrenamiento, sino como un entorno integral para delegaciones internacionales.
Con la obra pública en marcha y la evaluación final a la vuelta de la esquina, Puebla entra en la fase decisiva para convertirse en casa mundialista en 2026, un objetivo que combina estrategia geográfica, inversión y oportunidad.
Foto: Agencia Enfoque












