Documental de Salinas Pliego: propaganda contra el Estado en medio de pleito con el SAT

TV Azteca se convierte en plataforma para justificar el desacato fiscal del magnate

Ricardo Salinas Pliego, uno de los empresarios más ricos de México, ha intensificado su ofensiva mediática contra el Estado mexicano, utilizando su plataforma televisiva y su reciente serie documental para disfrazar un conflicto fiscal de una supuesta lucha ideológica por la libertad.

Durante el primer episodio de su serie “La Revolución de la Libertad”, transmitida por TV Azteca —empresa de su propiedad—, el magnate arremetió contra el expresidente Andrés Manuel López Obrador, a quien acusa de haber eliminado incentivos fiscales a las fundaciones privadas para centralizar la ayuda social y “monopolizar la caridad”.

Aunque Salinas Pliego se presenta como un defensor de la libertad individual frente al poder del Estado, su narrativa omite un dato clave: su grupo empresarial enfrenta una deuda multimillonaria con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), estimada por diversas fuentes oficiales en más de 25 mil millones de pesos.

Lejos de abordar este tema directamente, el empresario ha optado por politizar su situación fiscal, presentándose como víctima de un gobierno autoritario que supuestamente castiga la iniciativa privada. En lugar de reconocer o explicar el origen de su deuda, utiliza el discurso de la “libertad” y la “filantropía privada” para desviar la atención y desacreditar al aparato fiscal del Estado.

Durante el episodio titulado “El comunismo contraataca”, Salinas relató una supuesta conversación personal con López Obrador, en la que —según su versión— el exmandatario le habría asegurado que la caridad privada no tendría cabida durante su administración.

A partir de ese relato, el empresario condena la eliminación de incentivos fiscales para fundaciones, una medida que en realidad busca evitar que las grandes fortunas se beneficien de deducciones millonarias mientras perpetúan estructuras de desigualdad. En este contexto, su defensa de la “libertad para donar” se entrelaza con intereses fiscales directos.

Además, Salinas Pliego cargó contra el sistema educativo mexicano, al que acusó de ser una herramienta de adoctrinamiento. Para él, los gobiernos manipulan los contenidos escolares con el fin de “formar esclavos obedientes”, en lugar de ciudadanos críticos.

Sin embargo, esta postura omite que la educación privada, frecuentemente promovida por las élites económicas, también contribuye a profundizar la desigualdad, al reservar la calidad educativa para quienes pueden pagarla.

Mientras Salinas Pliego se presenta como un rebelde frente al poder estatal, lo cierto es que utiliza sus medios, su poder económico y su influencia pública para proteger intereses particulares. Su crítica al “monopolio del Estado” no es desinteresada: forma parte de una estrategia que intenta desprestigiar a las instituciones públicas justo cuando estas le exigen cumplir con sus obligaciones fiscales.

Diversos especialistas han señalado que detrás de su discurso libertario se esconde una resistencia a la rendición de cuentas. Su intento de posicionar un conflicto legal como una batalla ideológica representa una peligrosa distorsión del debate público, especialmente en un país donde la evasión fiscal contribuye a la desigualdad y a la debilidad del Estado para garantizar derechos básicos.

Foto: Redes

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