24 DE JUNIO DE 2025. En un movimiento que capta la atención de los mercados financieros globales, China ha reducido drásticamente sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense, alcanzando niveles no vistos desde 2009. A abril de 2025, las reservas de deuda estadounidense en manos del gigante asiático se situaron en $757 mil millones de dólares, una cifra equiparable a los aproximadamente $760 mil millones que poseía en marzo de aquel año.

Esta desinversión no es un evento aislado, sino la continuación de una tendencia sostenida. Solo en 2024, China se desprendió de $57.3 mil millones de dólares en bonos del Tesoro de los Estados Unidos. La tendencia se ha acelerado en 2025, con ventas de cerca de $19 mil millones de dólares en marzo y una reducción adicional de $8.2 mil millones en abril.
Las motivaciones detrás de esta estrategia son multifacéticas. Pekín busca diversificar sus vastas reservas de divisas, incluyendo una creciente inversión en oro, para reducir su dependencia del dólar. Las tensiones geopolíticas y comerciales con Estados Unidos también juegan un papel crucial, impulsando a China a mitigar riesgos y reducir su exposición a activos estadounidenses. Además, la necesidad de liquidez para estimular su propia economía interna podría estar impulsando estas ventas.
Para Estados Unidos, la eventual pérdida del estatus del dólar como principal divisa de comercio y reserva internacional tendría repercusiones económicas profundas. Actualmente, el «privilegio exorbitante» del dólar permite a EE. UU. financiar sus déficits con mayor facilidad, ya que la demanda global por dólares mantiene bajos los costos de endeudamiento. Si los países, como China, continúan diversificándose, la demanda de dólares disminuiría, lo que podría provocar una depreciación de la moneda estadounidense.
Una menor demanda de dólares haría que el financiamiento de la deuda estadounidense fuera más costoso, obligando al Tesoro a ofrecer tasas de interés más altas para atraer inversores. Esto, a su vez, encarecería el crédito para empresas y consumidores dentro de EE. UU., afectando el crecimiento económico y potencialmente desencadenando presiones inflacionarias importadas.
La hegemonía del dólar ha sido un pilar de la política exterior y la estabilidad económica de EE. UU.; su erosión representa un desafío significativo a largo plazo.
FOTOGRAFÍA DE PORTADA: CRESTOMATÍA ARCHIVO RESERVA FEDERAL EE.UU.