JUNIO DE 2025. Mantener desinformados a los tribunales de inmigración e ignorar o hasta eludir a toda costa las sentencias judiciales que obstaculizaran la logística de deportación masiva desde EE.UU. ordenada por Donald Trump; todo esto, bajo el mantra “Jódanse y a seguir con el proceso” son directrices emitidas por Emil Joseph Bove III, el Fiscal general adjunto interino , entre funcionarios del Departamento de Justicia de EE.UU, de acuerdo a un informante.
Este paradigma normativo supuestamente instigado agresivamente por Bove a partir que asumió el fue denunciado judicialmente por un informante interno, con nombre y apellido, que trabajó hasta hace poco en el Departamento de Justicia, y quien llenó 200 páginas con un testimonio pormenorizado sobre el clima laboral en dicha oficina.
El enciclopédico testimonio contradice una versión oral que el trabajador y ahora informante había dado ante un juez en abril, cuando altos mandos del Departamento de Justicia fueron invocados por un Juez Migratorio en relación a la deportación a República del Salvador del migrante salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien vivía en la Unión Americana desde 2012, así como por el estado de otras personas cuya deportación el juez había intentado impedir por ausencia de un debido proceso por parte del Departamento de Justicia.
En una audiencia del Tribunal de Migración celebrada en abril sobre el expediente legal de Ábrego García, fue inquirido el informante en cuestión, de nombre Erez Reuveni, en su papel de empleado del Departamento de Justicia, para el que trabajaba como director adjunto de la Oficina de Litigios Migratorios.
Ante la insistente exigencia del juez de la copia del expediente con las investigaciones judiciales en que se fundamentaba la deportación de Ábrego García, Erez Reuveni se adhirió a la versión -como el resto de su departamento- de que Ábrego García había sido deportado «por error». Ante dicha admisión, se ordenó el inmediato despido de Reuveni, ahora devenido informante sobre procedimientos irregulares en el área de gobierno con el que hace un par de meses, aún colaboraba.
EMIL BOVE III: ATLETA, DOCTOR EN DERECHO Y VECTOR DE INCONSTITUCONALIDAD EN EL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA
Durante una comparecencia que Emil Bove, Fiscal general adjunto interino aún en plenas funciones dentro del Departamento de Justicia, tuvo que rendir esta semana en el Senado estadounidense, convocado por parlamentarios demócratas, el alto funcionario judicial hizo gala en vivo y en directo de las tácticas elusivas que, según el informe de 200 páginas, implementa en el Departamento de Justicia. Su maestría para emitir respuestas «non sequitur» y su habilidad para reorientar con sutileza los rieles de la conversación hacen suponer que a la técnica jurídica aprendida en Albany ha agregado las técnicas elusivas de los grandes capos, como los que procesó en sus años de fiscal en la corte de Nueva York.
El senador Adam Schiff, representante del Trigésimo Distrito Congresional de California le preguntó:
“’¿Sugirió usted, como plantea el testimonio del señor Reuveni, que el Departamento de Justicia debería considerar proferir ante la Corte “¡Váyanse al carajo!”, y simplemente ignorar dicha orden de la Corte?”
Emil Bove: “No sugerí que fuera necesario ignorar órdenes de las cortes. En el momento de esa reunión, no había órdenes que discutir”.
Adamn Schiff. “¿Y bien, sugirió usted responder a las Cortes ‘Váyanse al carajo! “en alguna instancia?.
Emil Bove: “No lo recuerdo”.
Emil Bove III, delfín de una familia litigante, fue reconocido como Atleta Académico Masculino de la Conferencia Este de Estados Unidos por su destacado papel como capitán del equipo de lacrosse. Bove alcanzó la prominencia competitiva en dicho deporte, patrimonio cultural de los pueblos originarios de la región de los Grandes Lagos pero actualmente apropiado por varones caucásicos de clase media alta y petimetres de dinastías oligárquicas de EE.UU., mientras estudiaba Políticas Públicas y Economía en la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, licenciatura que finalizó con el reconocimiento summa cum laude. En 2008, se doctoró en Derecho en el Centro de Estudios Jurídicos de Albany.
Consagró los primeros tres años de su carrera profesional a ejercer como secretario de jueces en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, donde no es infrecuente que se escenifiquen litigios estratégicos contra capos de holdings criminales transnacionales y otros perfiles prioritarios para la justicia estadounidense en turno.
En 2012, Bove fue promovido a Asistente del Fiscal General, puesto que detentaría por nueve años. Al nombramiento que Bove ostentaba se agregó en 2019 el de copresidente de la Unidad de Narcotráfico y Terrorismo, que suele promover los casos por los cuáles la Corte del Distrito Sur de Nueva York suele mencionarse con frecuencia en artículos que ocupan las primeras planas de secciones internacionales de noticias.
Entre los casos prominentes que instrumentó la Fiscalía General en aquellos años, se recuerda el proceso judicial contra Efraín Campos y Francisco Flores, dos hombres venezolanos imputados bajo el cargo de “conspiración para importar 800 kilos de cocaína a la Unión Americana, quienes a lo largo del juicio fueron identificados como sobrinos de Nicolás Maduro, por entonces presidente de Venezuela. Ambos fueron sentenciados a 18 años de prisión, aunque pudieron volver a Venezuela en años recientes, durante un intercambio de prisioneros entre las dos naciones.
A decir de algunos, por todo lo que se dijo durante el proceso judicial contra Efraín Campos y Francisco Flores, más que un juicio por narcotráfico, lo que se había escenificado en la Corte del Distrito Sur era un juicio político, indirecto y en efigie, contra una figura indigesta al establishment de EE.UU. De Efraín Campo, dijo Bove que era un fanfarrón bajo las órdenes del presidente de Venezuela.
Una estrategia similar, en la que en el contexto de un juicio de narcotráfico se activó una narrativa política de fondo con segundas intenciones, utilizó la Unidad de Narcotráfico y Terrorismo copresidida por Bove en el caso del próspero exaclalde hondureño de la municipalidad de Paraíso, Alexander Ardón, cuyos vastos caudales y estilo de vida palaciego encuadró la Unidad de Narcotráfico y Terrorismo como fruto del tráfico de estupefacientes.
Más aún, Ardón aceptó en su testimonio mantener vínculos amistosos y financieros con El Chapo Guzmán, por entonces líder del Cártel de Sinaloa, quien había contribuido con un millón de dólares, de acuerdo a la confesión, a la campaña presidencial de Juan Orlando Hernández, quien terminó presidiendo su país entre 2014 y 2022, temporada en que dicho país se convirtió en algo parecido a un narcoestado. Esto suscitó el inicio de las investigaciones contra el propio Orlando Hernández en 2019, y además contribuyó a montar la pauta de un estilo de promover cargos en juicios mediáticos cuyo verdadero objetivo es emitir una narrativa con intereses geoestratégicos.
ERIC BOVE III, ABOGADO PERSONAL DE DONALD TRUMP
Emil Bove III fue abogado personal de Donald Trump desde septiembre de 2023. Durante este periodo, su estilo de defensa en las cortes se caracterizó por su agudeza en el contrainterrogatorio y su conocimiento de los precedentes legales. Se le ha elogiado por su habilidad para mantener una buena relación con los jueces, incluso bajo circunstancias difíciles y con un cliente que a menudo desafiaba la paciencia de la corte.
Eso como litigante privado, porque como oficial del Departamento de Justicia, opta por ignorarlos.