El dirigente del Partido Acción Nacional (PAN) en Puebla, Mario Riestra Piña, confirmó que busca acercarse a la ex priísta Blanca Alcalá para integrarla al blanquiazul. Este movimiento se da en un contexto donde el PRI enfrenta deserciones masivas, y el PAN parece aprovechar las fracturas ajenas más que consolidar su propio proyecto político.
Riestra Piña destacó que la estrategia responde a la visión del líder nacional del PAN, Jorge Romero, quien promueve la apertura del partido a “personas honestas y comprometidas”. No obstante, analistas advierten que este discurso podría ocultar un oportunismo político: sumar figuras conocidas para ganar visibilidad sin impulsar cambios reales en la estructura interna del partido.
El dirigente afirmó que Alcalá no busca una candidatura en 2027, sino generar contrapesos dentro de la oposición. Sin embargo, expertos consideran que esta narrativa podría ser una justificación para atraer a líderes de otros partidos y ampliar la influencia del PAN sin enfrentar sus propias debilidades internas.
Blanca Alcalá, por su parte, mantiene su militancia en el PRI en suspenso, citando incompatibilidades con la dirigencia de Alejandro Moreno Cárdenas. Esta situación evidencia la crisis de liderazgo en los partidos tradicionales, que ahora compiten por figuras públicas más que por ideas políticas sólidas.
La semana pasada, Alcalá participó en el podcast «El Pastor», conducido por el panista Francisco Fraile, donde explicó su distanciamiento del PRI y su cautela frente al PAN. La crítica apunta a que el blanquiazul prioriza la imagen y la estrategia de conveniencia sobre propuestas claras para los ciudadanos, una debilidad que podría afectar su credibilidad rumbo a 2027.
En resumen, mientras el PAN promueve una supuesta apertura, su estrategia revela un enfoque en la conveniencia política más que en la renovación ideológica, poniendo en evidencia que la búsqueda de figuras externas podría ser más un espectáculo mediático que un proyecto político sólido.
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