El Ministerio de Salud de Gaza informó que al menos 103 personas murieron y 219 resultaron heridas en las últimas 24 horas, como consecuencia de los bombardeos israelíes registrados el jueves 26 de junio.
Desde el inicio de la ofensiva israelí, el 7 de octubre de 2023, el saldo mortal asciende a 56,259 palestinos asesinados y más de 132,000 heridos.
De acuerdo con los reportes, 45 víctimas murieron en ataques sobre Ciudad de Gaza, entre ellas siete miembros de una misma familia. Otras 12 personas fueron asesinadas mientras esperaban recibir ayuda cerca de un centro de distribución respaldado por la llamada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), impulsada por Israel y Estados Unidos.
Desde finales de mayo, más de 550 palestinos han sido asesinados en inmediaciones de estos puntos de distribución, lo que revela una estrategia de exterminio selectivo contra la población vulnerable.
Pese a que el primer ministro Benjamín Netanyahu otorgó un plazo de 48 horas a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para reorganizar la entrega de ayuda humanitaria en el norte del enclave, la ofensiva continúa con ataques dirigidos a civiles en movimiento y zonas densamente habitadas.
Los bombardeos a infraestructura civil, refugios y zonas de reparto de alimentos han generado una crisis humanitaria extrema. Organismos internacionales denuncian crímenes de guerra, bloqueo de asistencia, y una situación de hambruna generalizada en la Franja de Gaza.
Lejos de una operación militar convencional, los hechos muestran una política de castigo colectivo, en la que la población civil es convertida en blanco deliberado. La impunidad internacional y el apoyo de potencias extranjeras permiten que esta masacre continúe sin freno.