La Fiscalía General de la República (FGR) estableció una posible conexión entre el asesinato del delegado Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna y un importante golpe al crimen organizado, ocurrido en los últimos días de julio en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
De acuerdo con la institución, el crimen habría sido una represalia por el aseguramiento de más de un millón 800 mil litros de hidrocarburos robados, así como de tractocamiones, motobombas, tanques de almacenamiento móviles, vehículos, generadores eléctricos y maquinaria especializada, resultado de un operativo conjunto entre la Secretaría de la Defensa Nacional, la FGR y el Gabinete de Seguridad.
El operativo representó un duro golpe a las redes de huachicol en la región fronteriza, una de las más disputadas por los cárteles del crimen organizado. En este contexto, la violencia con la que fue ejecutado el delegado sugiere un mensaje dirigido al Estado mexicano por parte de grupos delictivos que ven afectadas sus estructuras de operación y financiamiento.
Pese a esta hipótesis principal, la Fiscalía no ha descartado otras líneas de investigación y aseguró que se continuará con el proceso para esclarecer los hechos y castigar a los responsables.
El asesinato de Vázquez Reyna constituye un grave ataque a las instituciones del Estado en una entidad marcada por la confrontación con el crimen organizado, lo que refuerza la urgencia de fortalecer la coordinación entre fuerzas federales y locales para garantizar la seguridad en Tamaulipas.
